Reseña – “Aforismos y otras mentiras” de Luis Enrique Morales

Es un libro breve cuyo objetivo formal es expresar ideas en formato de aforismos: sentencias cortas y cargadas de contenido. Contiene cuatro secciones o capítulos: De la técnica existencial, Estar-arrojado-en-el-mundo-virtual, El instinto de rebaño es digital y La soledad está fuera de lo virtual.

El compendio cuenta con un prólogo de Jaime Barrios, conocido académico y autor, además de un comentario en la contratapa de Luis Eduardo Rivera, recientemente laureado con el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2019. Ambos eruditos de ascendencia guatemalteca dan soporte a este nuevo autor. Así que es un debut con un excelente apadrinamiento. 

Voy a tratar de dar un comentario a esta obra con la profundidad necesaria a mi alcance. La propuesta de “Aforismos y otras mentiras” no tiene mucho que ver con el tema técnico en sí, si no con sus implicaciones psicológicas, morales y ontológicas, empaquetadas no en formato .mp4, como bien diría el mismo autor en alguna de sus páginas, si no que está inmerso dentro de un mundo de ideas filosóficas de gran alcance en la vida 4.0, y cuya profundidad se marca en muchas ocasiones al leer este breve y aforístico libro. Un compendio que invita al humor ácido y ocurrencias inteligentes. Por ratos parecen textos naif, pero de pronto cae la sorpresa de una referencia culta y filosófica: un péndulo. 

Veámos que más se puede decir, te invito a que nos acompañes a conocer a este joven y sugerente autor.  

De los bits a la cultura

 “Las tecnologías más profundas son las que desaparecen. Se entretejen en el tejido de la vida cotidiana hasta que no se pueden distinguir de ella”, decía Mark Weiser en su famoso artículo “La computadora para el Siglo 21”. Ese aforismo de Weiser tiene una significación enorme en la vida cotidiana actual, y al parecer, la generación “Z” de Luis Enrique Morales, y él mismo, entienden este fenómeno mejor que nadie. 

Las implicaciones de la informática en la cultura siempre han estado presentes desde las primeras máquinas tanto electromecánicas como digitales. El procesamiento de la información tiene un tratado estratégico en las relaciones entre naciones e individuos. Para Mark Weiser, creador y pionero de la computación ubicua (en todos lados (al igual que Dios)) los bits tenderían a impactar aún más en la cultura. En el equipo de trabajo de Weiser en Palo Alto, Silicon Valley, había profesionales de las ciencias sociales y de la técnica. Hoy la computación es ubicua sin lugar a dudas, omnipresente y hasta omnipotente, al grado que ha organizado masas de personas que transforman las dinámicas de las sociedades que habitan. ¡Gran visión y acierto de la computación ubicua!

En el año 1991 se anunció públicamente la World Wide Web (WWW). Esta serie de ordenadores conectados mundialmente es lo que hoy conocemos como la Internet. Este magnífico proyecto permitió la revolución de los negocios y de la vida social. Además de computadores, se agregó la amplia gama de teléfonos móviles y otros dispositivos, haciendo que la conectividad a la red incrementara dramáticamente. Incluso, hoy en día puede hacerse biohacking, es decir, instalar dispositivos electrónicos en el cuerpo con conectividad a la internet. 

Con el advenimiento de la web 2.0 se democratiza la creación de contenidos y se crean plataformas para socializar ideas con mayor libertad y sin curadores detrás de los contenidos. Así pues, blogs y redes sociales nacen, crecen en usuarios y posibilidades, se reproducen y mueren, llevando consigo a la muerte virtual a todos aquellos usuarios ya inscritos en la plataforma. ¿Reencarnaron digitalmente en otra plataforma?

Lenguajes y contextos

Para hablar de lenguajes y sus contextos es muy necesario tratar a Ludwig Wittgenstein. La idea de contexto, la teoría de la imagen del significado son pertinentes para nuestro análisis, porque aquello que decimos tiene significancia en el lenguaje gracias a que transportamos imágenes mentales desde lo que decimos, en primera instancia. De aquí Wittgenstein refuta esa idea y avanza en esta línea para aterrizar en el hecho de que el significado es uso, un uso dentro de un marco de referencias dado. No se puede hablar de fútbol si no se está en el contexto de fútbol. No se puede hablar de soledad si no se está entre miles de amigos virtuales, cada uno sentado a solas en el dormitorio de su casa, chateando con muchas personas a la misma vez. 

Dicho lo anterior, recordemos pues que la informática es una traslación de los conceptos de la vida “real” al mundo “virtual”. Por ello, cuando decimos “Ventana” o “Navegador” nos referimos a aspectos que tienen una base material que les da soporte y vida en el universo intangible de las pantallas y los bits. Es decir, la informática tuvo el gran acierto de tomar el nuestro mundo físico y vaciarlo en otro mundo metafísico que nos es útil, y esto hace que en no pocas ocasiones la frontera de lo real tangible y lo real intangibles se diluya. Como referencia a este asunto valdría la pena mencionar el concepto de Digital Twin, que está en boga actualmente, y ya queda en manos del lector investigar el tema ya que no quiero divagar tanto. 

Aunque la mayoría de conceptos que se usan en el mundo informático, como dije anteriormente, tienen soporte en la realidad, para la generación de nativos tecnológicos ya hay una serie de conceptos que son directamente adaptativos al mundo virtual. Esto es, que su nivel psicológico está construido en base a su experiencia operativa en la nube, en su día a día conectados a la red. Por eso su contexto está virtualizado en gran medida, es su uso natural. Entonces los términos del lenguaje virtual tienen sentido en ese contexto dado, en el virtual, aunque el mundo físico, a veces, ofrezca dicho soporte, ya que se van creando nuevas terminologías que ya no son propias del mundo físico. Quizá el concepto de “amistad” sea uno de los casos más paradigmáticos a este respecto. Las aplicaciones sociales han incrementado el número de amigos al mismo tiempo que la experiencia de la soledad, como lo remarca el autor aquí en cuestión. 

Una objeción casi sin importancia

Si es verdad que “El lenguaje de Dios es Java” y que este lenguaje es el que usa dicho ser magnánimo para conversar con sus profetas, yo tendría algunas objeciones, aunque el aforismo es brillante e hilarante. Me hubiera encantado haberlo inventado yo, pero qué carajos, un tipo inteligente tenía que decirlo con humor. Pues nada, mis reparos se basan en que si vamos al hecho de que los sistemas de hoy en día están distribuidos por todo el mundo y que hay tantos lenguajes como sistemas para conversar entre ellos, entonces Dios tendría que ser políglota, como lo son los sistemas computacionales haciendo transacciones diarias a través de la internet. Así, la Torre de Babel sería la metáfora más apropiada para esta cuestión. Pero Java es válido como lenguaje único tomando en cuenta lo unívoco de la visión de un profeta y su nivel de fundamentalismo conforme al lenguaje de su Dios. Para los musulmanes Dios escribe en árabe, para lo judíos Dios escribe en Hebréo, entonces ¿Por qué no Java? (Aunque el lenguaje Python tiene mucho mejor y más eficiente control de la data para hacer operaciones de Machine Learning)

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Luis Enrique Morales del libro “Aforismos y otras mentiras”

Conclusión

El libro de Morales es, a mi parecer, un manifiesto de época y fotografía precisa de un momento histórico. Espero que el autor consiga más aforismos, cada vez más punzantes y con estilos variados. Al momento, y como debut, la clave poética y de humor le ha funcionado muy bien. Esperamos más, Luis Enrique. ¡Adelante!