Contexto
Éstos son una serie de textos que surgieron a finales del siglo XX y que ahora mismo se ponen en discusión por las manos artesanas que les dieron forma. Dichos aparatos discursivos surgen de los escombros, proponiendo un giro en varios niveles de la cultura artístico-literaria en una Guatemala recién salida de un largo conflicto histórico, del que mucho se ha dicho, quien sabes si suficiente, y que en definitiva da la oportunidad para una experiencia social un tanto más ventilada en términos de libertad de expresión.
A posteriori del marasmo social y de los conflictos armados, estos manifiestos instalan un proceso de tránsito en la Guatemala de entre siglos, cuyo pálpito primigenio detonó en una secuencia continua de artefactos explosivos de carácter estético, dentro de una escena cultural “in the making”, es decir, constantemente haciéndose y, en un sentido, reconstruyéndose, aislada de la oficialidad monolítica, que no podía dar respuesta a las inquietudes del vértigo cotidiano de una población artística atenta a los cambios nacionales y mundiales.
Los contertulios invitados son parte de la lista de protagonistas que alzaron la voz y tomaron la batuta de este proceso reconstructivo, discutiendo asuntos relevantes como la tradición artística y la historia misma en sus diversas aristas, proponiendo unas cualidades necesarias para la nueva Guatemala que se avecinaba, derivada del fin diplomático de un conflicto que atrapó a dos generaciones de guatemaltecos.
A 20 años, a una generación humana de aquellos primeros momentos convulsos de posguerra, podemos hacer uso de la memoria y verbalizar sobre nuevas posibilidades. Ésto es, discutir las fluctuaciones de ideas y sus correspondientes puestas en escena tanto en aquel momento como en la actualidad.
Como asunto adicional, debemos tomar en cuenta que las telecomunicaciones han sido fundamentales para el intercambio de ideas dentro del globo. Las diversas plataformas tecnológicas-sociales han permitido la observación de otros espacios y experiencias, y así poder entablar una serie de intercambios necesarios que han sido alimento para la toma de conciencia continuada. Ésto toma relevancia en tanto que configura el ideario desplegado en los manifiestos que vamos a tratar.
También es importante mencionar que esta conversación, expresada desde la hispanosfera, en su edición Guatemala, tendrá eco, será reproducida en el mundo angloparlante, gracias a la gestión y apertura de Dominic Williams y a su equipo de trabajo, encargados del programa del Festival Coracle Europa, en Wales, Reino Unido. De tal manera que a posteriori de esta sesión habrá una versión post producida en Inglés que tiene como finalidad estrechar manos al otro lado del atlántico.
Son cuatro los textos que se proponen para la discusión: “El manifiesto X” (1998 por Editorial X), “Voz imaginaria” (1998 por Simón Pedroza), “Marreísmo o muerte” (1998 por Alejandro Marré) e “Identidad anónima” (2012 por La Sociedad Optativa de Poetas Anónimos – S.o.P.a. ). [Lee los manifiestos completos aquí]
Cuestionantes imaginarias
“La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre” decía Luis Cardoza y Aragón. En realidad esta sentencia poética, hermosa y con fines justificativos antropológicos es parte de una tradición cartesiana, es el cogito ergo sum, pues solo existo al pensar, como solo existo al poetizar.
Para los autores guatemaltecos de la segunda mitad del Siglo XX e inicios del Siglo XXI esa aseveración no es problemática, pues está establecida como tatuaje en la memoria sentimental de la nación. Dicha sentencia nos dice varias cosas: la primera, que las corrientes literarias en Guatemala están en contacto con el variopinto terreno cultural del globo, a pesar que se niegue la influencia extranjera en un afán de fundamentalismo libertario; en segundo lugar, Cardoza como voz certificada y autorizada dentro de la cultura nos propone una forma logocéntrica de abordar la realidad. Es decir, que el ser humano en su mente va generando cierto tipo de realidad que le es funcional, a la cual podemos llamar la existencia; y una tercera, adicional y contraria, acontece cuando se le compara (a la sentencia) con el poema bizarro de Simón Pedroza, que habla de vidrios rotos y de gritos dentro de la urbanidad, pidiendo espacio para existir. Es decir, aquí nos enfrentamos ante un asunto netamente material y constante dentro el espacio sonoro y palpable completamente fracturado como un vidrio tanto en el pasado como en el presente. Ese asunto común se llama libertad o su ausencia.
Nota: “El Poema Bizarro” (1996 por Simón Pedroza) no es parte de los textos propuestos como manifiestos estéticos. Sin embargo, es el poema más emblemático de una figura antonomásica de la urbanidad cultural de finales del Siglo XX e inicios del Siglo XXI.
La dicotomía Cardoza-Pedroza (poema bizarro) habla en todo caso de dos personas que pertenecen a un mismo espacio imaginado y concreto. Esto nos indica una responsabilidad en la emisión del mensaje. Si es el ser humano el que piensa, visto desde el cogito cartesiano, entonces cómo se podría percibir la anonimia como parte de una propuesta estética de gran alcance en la Guatemala de los últimos veinte años. ¿Qué factores determinaron las posibilidades de una sociedad optativa de poetas anónimos ya visto desde el tiempo y la imposibilidad de la necesidad de continuidad y de referentes? si soy yo el que piensa y que por eso hay una existencia concreta, entonces por qué evadir el hecho de ser un referente. ¿Se puede evitar?
Un acercamiento rápido a esta respuesta podría opinar que el antropos cambia según evoluciona el logos. Esto es, el logos como conciencia, como conocimiento, la ciencia misma, la cultura. Y por lo tanto la concepción que vamos formando de lo que es humano camina junto a las concepciones en desarrollo. El momento original de la anonimia tenía un sentido estético que debía ser puesto a prueba por el tiempo mismo. El manifiesto nació, quizá, sin haber visto el papel fundamental que cumpliría como referente en el futuro, lo cual le problematiza, poniéndolo frente al espejo.
Ahora bien, y en mi entendimiento, según lo discutido con los actores durante nuestra charla, la propuesta estética permanece, aunque es posible que su razones teóricas no siempre sean amigables a la realidad. La muerte del autor se choca con el copyright, la figura del autor, su ego, su presencia física, su figura como referente, está expuesto a los afectos u odios del público. Todo un entramado difícil de superar.
Asturias como un gran problema histórico
Está claro que la influencia Nietzcheana en la cultura de posguerra ha creado un gran impacto, al igual que las propuestas de la poesía norteamericana de las cloacas sociales. Para nada inventable el asunto. De nuevo vemos la conexión de este espacio con el mundo contemporáneo de las ideas. Para Nietzsche no debemos tomar la historia como parte de nuestra experiencia de vida. Lo importante es demoler y generar algo completamente nuevo. La cuestión es que esas ideas también son parte de nuestra tradición, traicionando al mismo creador del aclamado nihilismo de donde se ha construído un cúmulo importante de supuestas destrucciones e historias “soslayables”.
Miguel Ángel Asturias es el autor más conocido internacionalmente del territorio llamado Guatemala, pero también es un autor enlace entre dos mundos internos en Guatemala. Es el punto de empalme del mundo negado desde la República. Es decir, el final amalgamiento desde la estética del mundo indígena y el mundo criollo. Hay en él un punto cero de la actividad histórica en el país. Asturias es un autor arquetípico de su época, la de era del intelectual comprometido, comentador de la cultura, la política y etc. En México está Carlos Fuentes, en Francia Jean Paul Sartre y en Guatemala Asturias.
Ahora bien, si es verdad que la novela es la historia privada de las naciones, como lo menciona Balzac, y teniendo en cuenta la historia oficial de Guatemala como país, surge la cuestión del por qué evadir la voz de Miguel Ángel Asturias en la propuesta cultural contemporánea. El manifiesto de la X propone una nueva literatura, como algo que no se parezca en nada a Asturias, en un intento de desvanecer al personaje, quizá el único autor conocido en el mundo a ese nivel, surgido de la atmósfera guatemalteca en años turbulentos. ¿Qué dio origen a esa visión dentro del manifiesto X y qué recorrido han tenido esas ideas hasta el día de hoy? ¿A cuál de los Asturias habría o hay que evitar?
A la pregunta se le puede poner una capa de discurso estético. Hoy en día el editor de la X, Estuardo Prado, da un breve repaso sobre obras más hermosas e importantes que “El Señor Presidente”, novela a la que el manifiesto X se refiere especificamente sin nombrarlo, lo que da paso a confusión. Puede tender a una mala interpretación la lectura del texto X, ya que no se esclarece a que Asturias se refería. En fin, hemos acordado que Asturias es importante, tiene una obra consistente y además reconocida.
Como nota adicional, se puede ver la conversación de Jaime Barrios y Luis Aceituno acerca de “Literatura, Independencia y Bicentenario – 200 años, La nación inconclusa“, emitido por Casa Comal y en colaboración con la Universidad de San Carlos de Guatemala. En esta conversación, al rededor del minuto 1:05:00 se comenta sobre la importancia de Asturias en la historia de la literatura nacional. [link al video]
Intertextualidad y espíritu de época
En la actitud de Alejandro Marré también se ve el “poetizo, luego existo“. “El marreísmo o muerte” como grito de guerra se ve embebido en la voz imaginaria, texto que se propone como manifestación de la actividad literaria donde Simón Pedroza es precursor de una estética urbana que ha sucedido entre siglos. Un afán existencialista se manifiesta con una bandera de inconformidad ante la tradición, las costumbres puritanas, el ataque a cualquier intento de práctica de la libertad de expresión. En fin, la grave discusión pendiente sobre la herencia que nos ha convertido, como población, en un mamotreto de confusiones vertiginosas. Los asideros más patentes son pues aquellos trofeos que brillan en la galaxia de lo oficial. Sin embargo, la autocrítica es un aspecto para la “voz imaginaria”, y por tanto, para el marreísmo, lo cual es importante retomar a 20 años de su primer pulso vital. La intención de recurrir al big bang de un movimiento contra su propia historia es positivo y sano. Marré por su parte comprende que aquel acto de escribir un texto individualista pretendía apelar por la libertad. Si ya se veía en el rock, MTV y las expresiones de libertad en el mundo, por qué no podría suceder en la Guatemala de fin de siglo.
Como acto individual también se corresponde con el colectivo. Por eso es que el manifiesto marreísta, aunque en clave poética, aunque poema, se hermana con el discomfort social e histórico en forma de espíritu de la época. He ahí su importancia.
Un mundo anónimo
Optar por la poesía, socializarla de manera anónima y dejar de figurar con un nombre o identidad individual, fue lo que perfiló una forma de ser en el colectivo de poetas de la anonimia, S.o.P.a. Ya para el año 2012 se publica “Identidad Anónima” un manifiesto de tono fuerte, que entronca con las ideas más antiguas de la región sobre la construcción colectiva de las historias que nos van haciendo. Así pues, anonimato, nombre, nosotros e historia, son algunos de los conceptos que saltan del texto hacia el lector que presencia la muerte del autor.
“La muerte del autor” de Roland Barthes se publicó a finales de los años 60. Es un ejercicio que pretende desapecer públicamente al autor. Ahora bien, en el mundo de interconexiones a través de la tecnología estamos expuestos como individuos y como colectivo. Esto porque mucho de la producción cultural actual sucede también en la red. Quizá en un mundo de publicaciones físicas la anonimia tenga mejor terreno, pero en la nube se ve complicada la sobrevivencia del anonimato.
La S.o.P.a. aún mantiene su postura estética del anonimato. El copyright no les implica problemas, aunque creo que la muerte pública de autor no ha sucedido en la Sociedad Optativa de Poetas Anónimos. Algunos de los autores son bastante reconocidos debido a su estilo y trayectoria. Una vez más, vemos el implacable espejo-tiempo enfrentándose con las historias.
Conclusión
La contracultura se volvió cultura. El underground ahora pertenece al canon literario. Estuardo Prado coloca como referente de acción a los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari, de donde se explica la desterritorialización. Hay un territorio que da el sistema de referencias, y para hacer avanzar el territorio se produce el caos para cambiar de referentes. Así que los nuevos referentes se vuelven parte de la cultura integral, como ha sucedido con la generación de artistas de postguerra en Guatemala. Eso no significa que las formas o el fondo se hayan perdido, dado que el espíritu inicial permance en Editorial X, en Ediciones Bizarras y en Nada Editores. Hay nuevas ideas, como nuevos fenómenos en el mundo, y eso es parte del movimiento constante al que debemos ir discutiendo y/o adaptando.