El día jueves 9 de julio de 2020 visité Den Sorte Diamant (El Diamante Negro), un espacio singular en Copenhague. Ahí se reúnen una enorme y hermosa biblioteca, salas de exposiciones, galerías para exposiciones de arte, un café y la tienda de libros. El edificio es una delicio para la vista, y su color de ébano se impone frente al espectador.

En una de las salas de exposición se ha instalado “Stranger than Kindness” The Nick Cave Exhibition. El trabajo trata sobre la vida y obra de Nick Cave and The Bad Seed, la banda de la que ha sido el líder vocalista durante buena parte de su vida. En nueve diferentes secciones se puede apreciar el viaje desde la infancia hasta la edad de artista maduro, como lo conocemos hoy en día. De hecho, el concierto que se tenía planificado en Copenhague de Nick Cave and The Bad Seeds fue movido para el 2021 debido al COVID-19.
Este artista australiano ha tenido un desarrollo desde la religión católica, elemento constante en su vida, hasta la actitud más rebelde en su etapa de más caos, pasando por una serie de lecturas que instalan el pesimismo y la inteligencia. La exposición recupera un mapa de sus libros favoritos y de un buen volumen de otros textos, además de trabajos pictóricos de Nick Cave y de sus propios ídolos. Este aspecto de pensamiento mágico y pensamiento lógico no es para nada un problema en el mundo de hoy, razón por la cual Cave lo expone con transparencia y naturalidad.
Hay una parte de la exposición que lleva a la oficina de Nick Cave en donde realmente se puede sentir el temperamento de este personaje. Sin duda una oficina de museo no posee el calor y las partículas vibratorias que generan un pensamiento poético, como si visitamos su propia casa. Esas energías en sí mismas nos dirían qué clase de poema está escribiendo. En este espacio hay manuscritos escritos por él mismo y una serie de textos en papeles sueltos que han sido una catarsis necesaria en la construcción de su cuerpo conceptual y estético.
La instalación está muy bien curada y cuidadosamente dispuesta a través de las salas. Elementos multimedia, ambientes sonoro, sugestión energética. En suma, la exposición trata de hacer emerger el espíritu de cada época que Cave ha vivido, tanto en sus diferentes locaciones como en su pueblo de origen.
Ahora bien, Nick Cave está vivo y sigue dando giras. ¿Por qué una exposición tan melancólica hecha un culto extremo a la personalidad y el caos?
En principio porque es una institución en el campo de la libertad de expresión y un arquetipo de las maneras psicóticas de llegar a la perfección. Posee los componentes exactos que en el mundo del dinero genera ese discurso de libertad. Hay un paralelismo con Pollock en este sentido, me parece, porque el hombre del hemisferio occidental, que se asume a sí mismo el repositorios de todos los posibles sabes y expresiones sensoriales, inteligente, crítico, pesimista y creativo. Drogas, música fuerte, religión hasta al hartazgo y una suerte de péndulo moral que solo se podría comprender en base al marketing de la melancolía. Pero en el caso de Pollock, como ya lo he expuesto en otro post, su trabajo ha tenido una intencionalidad geopolítica en la Guerra Fría en la instalación del Expresionismo Abstracto como sello indiscutible de la América libre y soberana, caótica y alcohólica. ¿Es Nick Cave eso también?
Es importante tener en mente que el mercado libre lo importante es la libertad plena, la autodeterminación y generación de vínculos no aparentes, pero en el fondo componen un sistema, que para el caso de Nick Cave es un sistema de branding personal y un estamento moral de corte católico. “Mírame, yo te voy a decir cómo es la autodestrucción. Luego, te enseñaré a hablar con Dios”, me imagino que se ha dicho varias veces antes de ir a la cama ya borracho o metido en una pastilla de alguna droga. Ahora bien, nada de esto es bueno o malo, sino circunstancial. Es más, decir que algo es bueno o malo ya no significa absolutamente nada.
Esa actitud Punk, a mi parecer, es simétrica a la religión. Son fenómenos, digamos, isométricos. Ésto porque en la medida que parten de elementos comunes, como la experiencia moral y Dios, se bifurcan desde la misma matriz cultural. Por eso es que la actitud de Nick Cave no es tan diferente a la de un pastor atrapa masas, pero eso tampoco es malo, es la cultura de masa en sí. Es un sentido de época, cumple su función plena del ser humano crítico de las formas pero no de los fondos.
En fin, puestos los filtros en orden, creo que la exposición es de mi gusto. De hecho, he pagado 12 Euros para entrar a ver el material y hasta he comprado boletos para el concierto al año que viene. Ni modo, ya usado el dinero al menos debo tener algo de vuelta. Esta historia es una evidencia de ello.