Nietzsche, un martillo para demoler la historia

Como pensador que conoce la tradición del mundo occidental, asume la responsabilidad de afirmar que la filosofía siempre ha estado en mal camino desde Platón. También afirma que Dios está muerto, lo que implica que no hay un ideal, ningún punto final, no hay formas ni espectro espiritual o noumenal, y que la historia también es inexistente.

Nietzsche es una figura moderna antimoderna de su tiempo, que critica las concepciones de todos sobre lo que es y cómo pensar acerca de la condición del ser humano. Por ejemplo, para él, la moral es una práctica construida por las personas más débiles para ser utilizada contra los espíritus fuertes, aquellos que quieren ser libres. Como sugiere en la Genealogía de la moral, “la moral popular separa la fuerza de las manifestaciones de fuerza”. Entonces él apela por la fuerza en lugar de la moralidad impuesta por las diferentes religiones y los débiles en masa.

Alejarse de los ideales y fusionarse con la naturaleza es un objetivo primordial para la humanidad a los ojos de este pensador alemán. El acto de reflexión nos aleja de nuestra naturaleza real. Es ahí exactamente donde Platón destruyó el pensamiento occidental, según él, con sus teorías metafísicas alejadas del animal humano verdadero.

Para Nietzsche demoler lo que se considera la verdad a nivel popular es imperativo, ya que para él está todo mal debido a quienes manejan esas verdades anémicas y debiluchas.