La muerte y la poética del viento


El pasado 2 de noviembre fui invitado a ser parte del programa de celebración del Día de los Muertos en Copenhague, capital danesa. Mi intervención se llevó a cabo en literaturhaus, junto a otras renombradas figuras de las letras danesas:  La escritora Suzanne Brøgger, el escritor Jeppe Brixvold y el antropólogo Rain Kristensen. El evento se llamó “Husk mig!-De dødes dag festival” (Recuérdame- Festival del Día de los Muertos) y fue organizado por diversas entidades artísticas y oficiales de la cultura del país nórdico.

Aunque mi participación fue en inglés aquí les dejo la versión en Español. Siempre hay variantes cuando se pone en escena la charla, pero la sustancia la dejo aquí en los siguientes textos. Son tres partes: Un breve poema, la parte del contexto del tema y un comentario final.

Sin más, aquí está el trabajo.


<<Dedicado a los migrantes de todo el mundo, y en especial a los migrantes centroamericanos. Todos muriendo de una forma u otra en busca de una vida mejor.>>

LiteratureHaus
LiteratureHaus

Poética del viento:

¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!
¡Lancen los papeles al viento,
y espanten a los malos espíritus!

¡Duerme, abuelo.
Duerme abuela.
Duerman todos!

LiteratureHaus
LiteratureHaus

¡Duerman en paz almas queridas
y visítennos en casa cuando hayan descansado!

Tierra sobre tierra,
tierra y lágrimas
sobre huesos estáticos.
Cosmos y fiesta fúnebre,
Día de los Muertos.

Sobre el viento
un combate metafísico
de lo malo con lo puro.
Lucha macabra
que gana un barrilete gigante
Coloso Kaqchikel multicolor,
Embriagándose de alegría guerrera.

 

 

 

 

 


El viento sopla, el sol ya ha salido.

Dejen a los muertos en paz:

Se acerca el amanecer del día 1ro. de noviembre. Los barriletes empiezan a prepararse para rozar los cielos y espantar a los malos espíritus que vienen a molestar a las almas en descanso, pues según la tradición los abuelos sabios decidieron que se debía lanzar papeles al viento, para que los malos espíritus chocaran contra ellos y así dejaran a lo muertos descansar en paz, y así pudieran luego visitar a la familia en casa.

El barrilete es una tradición que se instaló en las comunidades indígenas de Sumpango, pueblo de la Guatemala Kaqchikel, componente fundamental de la Guatemala de matriz prehispánica profunda. Sumpango viene del idioma náhuatl «tzompantli», que significa «estantería para calaveras humanas dedicadas a los dioses»).  En la celebración del Festival de Barriletes Gigantes de Sumpango, los cometas que se construyen logran tener un tamaño de hasta 10 metros de diámetro. Esta celebración es una de las tantas expresiones de la cercanía de los pueblos mesoamericanos con la muerte.  

En la actualidad el Festival de Barriletes Gigantes de Sumpango es una plataforma para exponer el sentir del pueblo, ya que cada barrilete contiene un mensaje. Estos mensajes pueden ser políticos, religiosos, de unidad, de paz, etc. Cabe destacar que dicho Festival es  Patrimonio Cultural de Guatemala desde el 30 de octubre de 1998, y es reconocido internacionalmente como un momento de altura espiritual y cultura artística.

Personalmente, creo que aunque esta fiesta se desarrolla en un pueblo específico, en este caso Sumpango, debido a la potencia de su expresión, dicha celebración se va constituyendo cada vez en un símbolo nacional. Aunque la oficialidad lo trata como un colorido símbolo para atracción de turistas locales e internacionales, creo que su valor radica en que toca los espíritus de las personas de todo el mundo que visitan esta festividad. Hasta me atrevería a decir que el barrilete en Guatemala es ya un Tótem de la muerte y una plataforma de expresión del libre pensamiento.    

El hecho que un barrilete gigante exista nos transmite una idea de potencia y posibilidad ante lo imposible. Es verdad que no son los barriletes más grandes los que vuelan sino los pequeños de dos o tres metros de diámetro. Aún así estas estructuras sirven de metáfora para que el mundo eleve su espíritu con tan bellas composiciones artísticas megalíticas.  

barriletes


Nota sobre la muerte:

Debemos recordar que el área que hoy es latinoamérica no ha dejado sus costumbres ancestrales sino que las ha combinado. Con el establecimiento de los españoles en dicha región se generó una nueva forma de ser humano mestizo, que el escritor mexicano José de Vasconcelos la llamó “La raza cósmica”, en donde se conjugan todas las vertientes de lo venido de Europa y del mundo con los del continente conquistado. El discurso prehispánico se mantiene en los pueblos con conciencia originaria, y el sincretismo, mixtura de formas y fondos es patente en todo el continente, y las viejas tradiciones se van actualizando según las necesidades de los nuevos seres mestizos.  

barriletes-

Para el caso de los pueblos de raigambre Maya, contadores del tiempo y amantes de la contemplación científica, quizá el cristianismo no fue la mejor opción con quien combinarse, porque la normativa del crucificado es una religión restrictiva. Aquellos pueblos de indios en taparrabos eran politeístas y amaban la ciencia, o al menos a lo que nosotros hoy en día llamamos ciencia.

Si la finitud física está basada en la medida de tiempo amarrado a la conciencia, la cual es la herramienta que nos ayuda a convertir nuestra vida en algo comprensible en términos de longitud secuencial de momentos, entonces es la imaginación la que nos permite modificar el tiempo y la memoria para establecer certificados de garantía de los hechos.

En aquella época primitiva y pagana se desarrolló el calendario más preciso que existe hasta nuestro días, pero no se usa de manera oficial. Además se construyeron pirámides que conducían al inframundo y a la vida de ultratumba. Todo eso se acabó con la evangelización, y la muerte ya no estuvo relacionada con el mundo de ultratumba, sino con la metafísica cristiana. La percepción de la muerte en el mundo cristiano dio origen a nuevos símbolos mestizos. Ese vector histórico del mestizaje ha viajado por 500 años y es ahí en donde estamos de momento, reconfigurando constantemente la vida con las nuevas ideas y tecnologías habidas y por haber.