Tiempos Recios – Reseña 

Leyendo Tiempos Recios tuve la sensación de que tenía razón Mario Vargas Llosa al decir que escribir esta novela le generaba cierta inseguridad. Leyendo como guatemalteco se me iban filtrando ciertos desajustes en lo largo de la novela.

Por otro lado, él mismo lo comenta en entrevista que lo ha sorprendido la historia de Guatemala y lo muchísimo que ha aprendido de Centro América al hacer su “investigación” de campo para escribir Tiempos Recios. Como nota adicional, casi toda la gente del sur Latinoamericano con la que yo he podido conversar sobre Centroamérica, y aquí incluyo también a México, que es Centro América y Norte América a la vez, casi no se enteran de lo que ha ocurrido en la última mitad del Siglo XX, razón por la cual no sorprende que haya desajustes y con visión minimal, por no decir escueta.

En todo caso, la novela es muy recomendable, de lectura fluída y con muchos adornos lingüísticos. La transposición de escenas y voces es un arte que Vargas Llosa maneja con excelencia. Quitándole los desajustes y poniendo poco caso a las opiniones alucinógenas del octogenario, la novela es muy rica. No es nuevo que Vargas Llosa levante polvo, porque es un muy buen polemista, pero por ratos da la sensación que piensa a la gente como torpe, y que él es la luz del mundo.

En la novela, que trata sobre Guatemala hay aparición del Dictador Trujillo en Repúblico Dominicana. Se teoriza sobre la relación de este con el guatemalteco Castillo Armas, quien forma parte del contexto de la novela.

La visión de conjunto del escritor y pensador es liberal en un sentido clásico, es decir, la razón como materia iniciática de la altura humana, además que conserva y defiende casi todos los aspectos de la vida y la política que se corresponden al grupo social al que ha escalado, no sin mérito. Por eso hay que tomar a Vargas Llosa como una ficción en sí misma, y no como un guía espiritual o intelectual, porque entre sus polémicas pendulares, da la sensación que él mismo está jugando “a ver qué sale”, y lo digo, en mucho, pensando en esta novela que comento de manera muy breve y sin ninguna pretensión técnica ni literaria, sino como un acercamiento a un tema de alto impacto que me ha movido y determinado desde siempre por ser originario de Guatemala.

No suscribo con Llosa en un alto porcentaje de lo que dice, y quizá por eso me culpé de sospechar de él en esta novela. Buscando nuevas opiniones y con algo que tengo en mi archivo he ido rearmando las ideas en torno a esta novela y para no dar más tela que cortar, les comento que hay una serie documental, que es una especie de apología izquierdista de Árbenz y su maltratada vida, en donde hay información valiosísima.

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Arbenz – Trilogía Documental

Además les recomiendo visitar la revista Gazeta, donde hay un trabajo de carácter académico bastante bien articulado, que quizá explique el porqué se me saltaron las alarmas.

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[Articulos sobre Tiempos Recios en Gazeta]

Jacobo Árbenz Guzman


Jacobo Arbenz Guzmán fue un político y militar guatemalteco que nació el 14 de septiembre de 1913 y falleció el 27 de enero de 1971. Fue presidente de Guatemala desde 1951 hasta 1954.

Arbenz llegó al poder a través de elecciones democráticas, en las cuales representó al Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), un partido de izquierda. Durante su presidencia, Arbenz implementó una serie de reformas agrarias que buscaban redistribuir las tierras ociosas de los grandes terratenientes a los campesinos sin tierra.

Sin embargo, estas políticas de reforma agraria fueron mal recibidas por las elites locales y extranjeras, especialmente la United Fruit Company, una compañía estadounidense que poseía grandes extensiones de tierra en Guatemala y que se sintió amenazada por la reforma agraria de Arbenz. La CIA de EE. UU. junto a otros países en la Operación PBSUCCESS ejecutaron un golpe de estado en 1954, derrocando al presidente Arbenz y colocando a un gobierno militar en su lugar.

El derrocamiento de Arbenz fue un momento crucial en la historia de Guatemala y de América Latina en general, marcando el comienzo de décadas de inestabilidad política y violencia en el país. Arbenz es recordado por muchos como un líder progresista que intentó mejorar la vida de los campesinos y los trabajadores guatemaltecos, y su legado sigue siendo objeto de debate y controversia.